12/4/09

Veintisiete.


Pierna viva, pierna muerta. El Niño Jesús otorgó vida a un pájaro de barro. El Niño Jesús privó de vida a un pequeño cabrón que se había burlado. Cuando los padres del difuntito se revolvieron contra los del minidiós, éste , de un pellizco, reingresó la vida en el despojo.
¡Solamente había sido gimnasia! Pura gimnasia, como tú y yo, Simbad, sobre el crujiente colchón.

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